29.4.2010 | Año 2019, vivimos en la llamada “sociedad de la información” y sin embargo seguimos manteniendo creencias que se transmiten culturalmente, sin pararnos a pensar con qué base científica o información cierta cuenta.

Hay algunos mitos que se perpetúan en el tiempo, sobre todo los relacionados con las drogas.

Los intereses económicos y consumistas son más poderosos que nuestro interés por la salud y el conocimiento, uno de los ejemplos más claros aparece en la asociación interesadamente mantenida entre el consumo de drogas y la sexualidad.

Los tabúes en nuestra cultura se siguen manteniendo.

La sexualidad que continúa dentro de la categoría de “tabú”, ya que aunque el acceso a contenidos explícitamente sexuales es mayor, los tabúes relacionados con ella siguen persistiendo en nuestra sociedad.

Fuera del “anonimato” de las redes sociales e internet, nos cuesta hablar libremente de nuestra sexualidad como de una parte más de nuestro cuerpo y de nuestro desarrollo.

La unión de estos dos conceptos, los mitos y los tabúes, nos conducen a las falsas creencias.

Falsas creencias como que el alcohol y las drogas son facilitadoras de la desinhibición con el objetivo de conseguir una pareja sexual, tanto en el cortejo, como en la propia práctica sexual.

Con esta creencia nuestros jóvenes y adolescentes se inician de forma precoz en ambos comportamientos, atraídos por la “información” transmitida por sus iguales a través delas redes sociales.

Nos olvidamos de transmitir de forma clara que la precocidad en las relaciones sexuales es en sí misma un riesgo que se incrementa cuando se asocia a consumo de tóxicos.

Que el consumo temprano de alcohol y otras drogas (antes de los 16 años), se relaciona con el inicio precoz de prácticas sexuales arriesgadas, sin protección y con un incremento en la probabilidad de contagio de enfermedades de transmisión sexual (que a pesar de no hablar de ellas, no significa que no existan, ni que estén erradicadas) y de embarazos no deseados en nuestras adolescentes y jóvenes.

¿Qué podemos hacer ante la propagación de mitos, tabúes y falsas creencias, relacionadas con la sexualidad y el consumo de drogas?

Exactamente lo mismo que con otras falsas noticias que actualmente están de actualidad como FAKE NEWS, éstas falsas creencias, falsas noticias también hay que combatirlas con la verdadera información, y rompiendo de una vez por todas el tabú que envuelve nuestra sexualidad.

Hablar con los hijos de forma abierta sobre la sexualidad desde la niñez permitirá romper el tabú de la sexualidad, facilitando la transmisión de información verdadera y real, como vacuna de las falsas creencias.

Posteriormente nos debemos preocupar de INFORMAR, convenientemente de los efectos de las drogas en el desarrollo de nuestra sexualidad, a pesar del rechazo de los poderes consumistas, con los que nos deberemos enfrentar.

EFECTOS DE LAS DIFERENTES DROGAS EN LA ACTIVIDAD SEXUAL DE HOMBRES Y MUJERES

TABACO

Provoca impotencia sexual en los varones.

ALCOHOL

El consumo abusivo o de grandes cantidades de alcohol reduce la excitación sexual y el impulso sexual, provocando impotencia en los varones y ausencia de orgasmos en mujeres y hombres.

En las mujeres frigidez, dolor en las relaciones y desinterés por el sexo.

En varones adolescentes, el consumo de alcohol puede producir retraso en la maduración de los caracteres sexuales secundarios (el vello y la voz) y la disminución de la libido y la potencia sexual.

En las mujeres adolescentes puede retrasar la maduración de la pubertad y la aparición de los caracteres sexuales femeninos (vello y mamas).

TRANQUILIZANTES

Desinterés por el sexo, disminución del apetito sexual e impotencia.

CANNABIS

En los hombres reducción de la secreción de testoterona y del número y la movilidad de los espermatozoides.

En las mujeres provoca la reducción de los ciclos menstruales y la aparición de ciclos menstruales sin ovulación, lo que reduce la fertilidad.

Las investigaciones científicas confirman que su uso crónico se relaciona con la disminución del apetito sexual, sin que avalen los supuestos efectos afrodisíacos que señalan algunos consumidores.

COCAÍNA

Aunque el uso esporádico de cocaína puede mejorar la recompensa sexual en los varones, al retrasar la eyaculación, a medio y largo plazo reduce el placer sexual, provocando una fuerte pérdida del deseo e impotencia en los varones.

En las mujeres suele producir amenorrea (supresión del flujo menstrual) y otras alteraciones menstruales.

ANFETAMINAS Y DROGAS DE SÍNTESIS

Disminución del deseo sexual y ausencia de orgasmos.

HEROÍNA Y OTROS OPIÁCEOS

Intensa disminución del deseo sexual en ambos sexos.

En los hombres son frecuentes los trastornos de la erección y la eyaculación.

En las mujeres suele producir amenorrea y otras alteraciones menstruales.

Fuente: “Género y drogas. Guía informativa”. Diputación de Alicante. Área de Igualdad y Juventud”. http://www.pnsd.mscbs.gob.es/profesionales/publicaciones/catalogo/bibliotecaDigital/publicaciones/pdf/GuiaGenero_Drogas.pdf

EN NUESTRA MANO: para poder actuar de forma correcta y beneficiosa para nuestra salud debemos proceder como si de noticias falsas o “Fake News” se tratase, con la necesidad previa de romper el “tabú” que respecto a la sexualidad sigue existiendo, tan solo de esta manera se dejará de transmitir estas falsas creencias en torno al consumo de drogas y sexo que tanto riesgo conlleva y perjuicio para nuestra salud.