«DOCUMENTO ELABORADO POR MUJERES CON TRASTORNO DE ADICCIóN Y FAMILIARES «
  • Yolanda Salamanca López.
  • Mari CArmen Miguel Martín.
  • Mª Pilar Leal Vázquez.
  • Paqui García Rodríguez
  • Mª Dolores Hidalgo Salazar.
  • Amalia Esparcia Monteagudo.
  • Marga Albareda Gozález
BIBLIOGRAFIA:

«Intervención en Drogodependencias con Enfoque de Género».
Castaños M., Meneses C., Palop M., Rodríguez M., Turbet S.
Instituto de la Mujer. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

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A/ CARACTERISTICAS DIFERENCIALES DE LAS MUJERES ADICTAS.

    1. La valoración social de las mujeres con problemas de consumo de sustancias comparada con los varones es más negativa, generando un mayor rechazo hacia ellas al transgredir los comportamientos normativos asociados socialmente a las mujeres (deben cuidar de su familia sin tener que cuidarse a sí mismas, deben priorizar siempre a los demás…).
    2. Las familiares también sufren un estigma social importante relacionado con sus roles adquiridos: no han sabido cuidar su matrimonio, o a sus hijos… dentro de ese papel de cuidadora que tiene la mujer en la sociedad.
      La codependencia reúne muchas características idénticas a la dependencia en las mujeres: sumisión, culpabilidad, miedo, sentimientos de fracaso y frustración, inseguridad, vergüenza….
    3. Sienten, en mayor medida, vergüenza, culpa y baja autoestima porque viven una mayor estigmatización social. Sentimientos de frustración por no ser lo que se espera de ellas (rol de madre, esposa, hija, profesional, ama de casa invalidados por su adicción)
    4. Tienen escasos apoyos para ponerse en tratamiento, incluso pueden contar con la oposición de sus parejas, además de la familia, por vergüenza de que se conozca el problema.
      Para las mujeres con drogodependencias los vínculos y relaciones personales son muy importantes y pueden anteponer las necesidades de los y las demás a las suyas. La declaración del problema de la adicción es para las mujeres una decisión que conlleva el riesgo de perder prestigio. Esto lleva a silenciar el problema: lo silencia la propia mujer drogodependiente y lo silencia el entorno familiar, formando parte de una estrategia que la familia puede considerar como de “protección” frente al desprestigio o la vergüenza.
    5. Las mujeres sufren muchas inseguridades, actitudes sumisas, son muy duras consigo mismas, muy criticas.
    6. Se observa una mayor prevalencia de trastornos psicológicos o psiquiátricos: ansiedad, depresión, estrés postraumático, intentos de suicidio y trastornos de la alimentación.
    7. Los consumos de drogas tienen significados y motivaciones distintas en las mujeres, utilizándose en algunos casos para paliar síntomas de trastornos psicológicos o de condiciones sociales muy adversas.
    8. Se aprecia un periodo de tiempo menor entre el inicio del consumo de drogas y la dependencia a sustancias.
    9. Mayor dificultad en la normalización de las relaciones afectivas y mayor dependencia emocional. Las recaídas entre las mujeres parecen estar relacionadas, muy a menudo, con sentimientos depresivos, de vacío y soledad. Si bien estos sentimientos son habituales en muchos consumidores durante el tratamiento, parecen mostrarse con mayor intensidad en las mujeres drogodependientes asociados a los aconteceres de la relación durante el período de abstinencia:
    10. Miedo a la separación y miedo a la soledad. Puede ser más frecuente el que se establezcan relaciones de sumisión, en las cuales las necesidades del otro se atienden por encima de las propias y se acepten sin cuestionar los planteamientos de la pareja, con quien poco a poco se termina compartiendo su sistema de creencias.

B/ CÓMO TRABAJAR EN NUESTRAS ASOCIACIONES:

La enfermedad es la misma en hombres que en mujeres, por lo tanto las pautas para superar la enfermedad son las mismas para todos.

Sin embargo, hemos visto que existen diferencias relacionadas con los roles, la forma de comunicarse, el mundo emocional femenino, la cultura en la que vivimos y el aprendizaje de nuestra sociedad a lo largo de los años.

Las diferencias no hacen mejor ni peor a nadie.

Quizá lo que más hay que cuidar es la vinculación a la Asociación y los primeros momentos hasta que se sienta integrada en el grupo y vea que se le respeta y nunca se le juzga, al contrario, se le apoya y se le comprende.

En estos momentos es importante liberar a la mujer dando sentido a lo que le pasa, entendiendo que es una enfermedad, esta liberación facilita la relación terapéutica con el resto de componentes de la Asociación.

1- Cuando se pueden llevar a cabo grupos específicos de mujeres adictas. Desarrollar un Grupo específico de Mujeres 1 ó 2 veces al mes donde trabajar estas características diferenciales, sobre todo para generar un sentimiento de confianza en las mujeres que llevan menos tiempo, porque las más veteranas trabajaran estos mismos aspectos en las terapias mixtas.

A trabajar en estos grupos: conciencia de enfermedad, sexualidad, gestión de emociones, superación de la culpa, desmitificar los roles adquiridos sin quererlos, trabajar ideas irracionales, etiquetas, herencias machistas, la necesidad de cambio, empoderamiento, autoestima, autoconcepto positivo, asertividad, romper la dependencia emocional…

En el caso de las familiares es menos problemático desarrollar este trabajo porque en sus grupos la mayoría son mujeres (en el 99% de los casos). A trabajar exactamente lo mismo porque la mayoría presenta codependencia, explicada por los mismos mecanismos de los que antes hablamos para las mujeres adictas (sociedad, cultura, roles impuestos…)

2- Cuando no se pueden llevar a cabo los grupos específicos. Generar un grupo mixto de mujeres con adicción y familiares, que reúna las mismas condiciones arribas mencionadas.

3- ¿Con técnico o sin él?

Con técnico, integrado e implicado, que acompañe en el proceso

C/ ¿POR QUÉ NO LLEGAN LAS MUJERES A NUESTRAS ASOCIACIONES, POR QUÉ NO SE MANTIENEN?

1- La presencia femenina, como ya hemos comentado, es muy inferior en los tratamientos, lo que genera repercusiones negativas para las mujeres.

2- Las personas planificadoras y gestoras de servicios desconocen las necesidades de las mujeres.

3- Las mujeres han sido ignoradas en la mayoría de los estudios sobre tratamiento o no se han considerado cuestiones que son relevantes para ellas. Este hecho ha dado lugar a que sean desconocidas sus necesidades y las circunstancias del consumo de drogas. En este sentido, los instrumentos de evaluación y de investigación no han incorporado la perspectiva de género.

4- En general, los consumos de drogas en las mujeres han generado menos alarma social que cuando son varones, ya que las conductas violentas (delincuencia, crímenes, etc.) se asocian en mayor medida a los hombres.

5- En las mujeres el abuso de psicofármacos no suele ser considerado como un problema importante, puesto que se consume en el contexto de lo privado.

6- Algunas mujeres no se sienten en un entorno adecuado para debatir sus problemas sobre el consumo de drogas, sus relaciones o su sexualidad cuando con los varones participan en la terapia de grupo ya que difieren en el funcionamiento psicológico, ya que en las mujeres existe un marcado sentimiento de culpa asociado a los cuidados y más baja autoestima.

7- Las mujeres perciben que los programas no ofrecen servicios que respondan a sus necesidades sociales y personales. Destacan la falta de servicios de atención a sus hijos e hijas (guarderías) mientras ellas están en tratamiento (tanto grupo de mujeres con adicción como familiares), así como la orientación y formación sobre la crianza y educación en la infancia .

Ellas viven con sus hijas e hijos y son las responsables de sus cuidados sin ningún tipo de apoyo. Son su principal fuente de motivación para ponerse en tratamiento pero a la vez la mayor dificultad para continuar.

D/ Y ENTONCES… ¿QUÉ PODEMOS HACER? “DECÁLOGO DE NECESIDADES Y ORIENTACIONES PARA TRABAJAR CON MUJERES ADICTAS EN NUESTRAS ASOCIACIONES”

Las mujeres necesitan un contexto en el que se sientan seguras física y emocionalmente, estableciendo relaciones que favorezcan la toma de decisiones.

Para que se de efectividad del tratamiento en las mujeres se necesitan un ambiente que facilite la recuperación, caracterizado por:

1- Ser un entorno seguro, de apoyo, respeto y cariño, facilitador. Un entorno donde no haya juicios de valor, de moral. Un entorno esperanzador, que permita el crecimiento personal.

2- Empatía, respeto y conexión.

3- Empoderamiento, que se fomente en las mujeres la toma de decisiones en relación a sus vidas. Se sientan respetadas y crean en sus capacidades.

Importante a trabajar:

    • Recuperar la identidad. La dependencia entendida como un problema de identidad. Además, es preciso abordar las fuentes de autoestima, los efectos del sexismo, racismo y el estigma en relación a su crecimiento personal y, por último, reflexionar sobre sus propios roles, sus sentimientos, pensamientos y actitudes.
    • La sexualidad, la imagen corporal, la identidad sexual.
    • Detectar los factores de riesgo de recaída.
    • Reforzar la autoestima, el autoconcepto positivo.
    • Fomentar la autonomía en la toma decisiones.
    • Aumento de la tolerancia a la soledad.
    • Valorar y promover el establecimiento de relaciones de amistad entre mujeres.
    • Facilitar el abandono de la actitud victimista.
    • Generar responsabilidad y conocer el papel activo en las adicciones de cada uno.
    • Normalizar la enfermedad para facilitar el tratamiento.
    • Romper estereotipos.
    • Superar miedos e inseguridades.
    • Luchar contra el estigma y el autoestigma.
    • Aprender a quererse.

¿Qué hacer cuando alguna mujer llega a nuestra Asociación?

    • Que la entrevista de acogida la haga otra mujer, a poder ser enferma.
    • Llevar a cabo grupos específicos de mujeres 1-2 veces al mes.
    • Incluir en la “Formación de coordinadores/monitores de grupos de ayuda mutua” una parte específica sobre las adicciones en la mujer para dotarles de herramientas para manejar mejor estos casos y que aumente la probabilidad de que la mujer se quede en la asociación y mantenga su abstinencia y rehabilitación.

¿Cómo facilitar la entrada en las Asociaciones?

    • Haciendo visible la enfermedad, normalizándola en nuestro entorno primero y en la sociedad después.
    • Poniendo caras y nombres a esta enfermedad.
    • Romper estereotipos.
    • Luchar contra el estigma.
    • Trabajar directamente con Asociaciones de Mujeres que pueden dar información de nuestro trabajo.
    • Posibilitar un trabajo de Acompañamiento, en los primeros momentos a esas mujeres que están en otros recursos y tienen miedo de venir a los grupos.
    • Talleres y charlas en institutos, centro de mayores, asociaciones de vecinos…