La corriente del movimiento de ayuda mutua en adicciones se remonta al siglo XIX. Sus inicios tuvieron matices religiosos, que aún persisten a día de hoy, con Alcohólico Anónimos (AA). Sin embargo, con diferente filosofía, aunque no con distinto fin, en España surgió en los años 80 un potente movimiento basado en la ayuda mutua que tenía como base la aconfesionalidad.  En sus comienzos, el objetivo era ayudar a las personas con problemas de alcohol, sin embargo, con el tiempo y los cambios sociales, las asociaciones se han tenido que adaptar y en la actualidad atienden a todo tipo de adicciones. Se distinguen de los AA porque a parte ser apolíticos y aconfesionales, no son anónimos, sino que reconocen abiertamente su enfermedad.

En España, hay centenares de asociaciones, que durante muchos años estuvieron bajo un mismo paraguas, la Federación de Alcohólicos en Rehabilitación de España, FARE. Esta federación acabó por desaparecer y pronto, muchas de las asociaciones que quedaron huérfanas, se unieron de nuevo para crear otra, renovada, mejorada y más adaptada a los tiempos. Fue así como nació la Confederación de Alcohólicos, Adictos en Rehabilitación y Familiares de España, CAARFE. La que el próximo 29, 30, 31 de octubre y 1 de noviembre va a celebrar en tierras valencianas (Canet de Berenguer) su Convención Nacional.

En este nuevo nombre, se dio especial protagonismo a todas las adicciones, se cuidó la terminología ‘en rehabilitación’, haciendo referencia a que durante toda la vida se estará en este proceso y se incluyó una parte importantísima: ‘los familiares’. Ellos y ellas, imprescindibles en el acompañamiento y también en la recuperación de sí mismos y mismas, pues muchos, sufren codependencia y están también enfermos.

La Convención Nacional es ese espacio en el que se reúnen las más de 125 asociaciones de todo el territorio español. Es un espacio de abrazar, de compartir, de reconectar con la familia CAARFE (porque así nos sentimos, familia), también de llorar y de reír. Trabajamos mucho las emociones, porque las cuidamos y atendemos, pues son a la vez causa y consecuencia de nuestra enfermedad. Intentamos trabajar cuestiones relacionadas con llevar mejorar las asociaciones. Los talleres se convierten en grandes terapias en las que todos y todas caben. Y dirigimos una atención especial a los familiares, también a los hijos e hijas pequeños, que este año contaran incluso con materiales ajustados a sus edades. Además, tratamos de mantenernos actualizados sobre los avances en tratamiento y recuperación y sobre las adicciones que se van dando, el impacto sobre los jóvenes y sobre la sociedad, etc. Porque para nosotros es importante poder acompañar a los que entran nuevos y para ello hay que conocer las nuevas realidades.

Y así es como día a día en cada asociación se trabaja, ayudando, desde la experiencia personal a los que ahora sufren lo mismo que algún día sufrimos nosotros y nosotras.

Este es el inmenso poder de la ayuda mutua, que estos días brilla con especial intensidad al juntarnos todos en la Convención Nacional de CAARFE.