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La Confederación de Alcohólicos, Adictos en Rehabilitación y Familiares de España, CAARFE, se ha reunido esta mañana en el Hospital 12 de Octubre de Madrid para conmemorar el Día Sin Alcohol que se ha celebrado este misma semana (15 de noviembre).

Cada año se producen 3,3 millones de muertes en el mundo debido al consumo nocivo de alcohol, lo que representa un 5,9% de todas las defunciones. El uso nocivo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos. El alcohol es responsable del: 18% de los suicidios, 18% de la violencia entre personas, 27% de los accidentes de tráfico, 13% de la epilepsia, 48% de las cirrosis hepáticas, 26% de las pancreatitis, 26% del cáncer de zona oral, 11% cáncer colorrectal, 20% tuberculosis, 7% de las cardiopatías hipertensivas y el 5% de los cánceres. “El alcohol es un cancerígeno y esto se nos ha estado ocultando”, ha explicado Rosario Sendino Gómez, directora del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones del Plan Nacional sobre Drogas. Sendino ha matizado también que el alcohol ha pasado a ser una preocupación mundial, y está ya en el tercer lugar de la agenda de la OMS como objetivo de reducción para la mejora de la salud y la calidad de vida de las personas.

El alcoholismo es una enfermedad biológica, psicológica y social, y por lo tanto requiere de una intervención múltiple en esas tres esferas. Las más de 100 asociaciones que conforman CAARFE son un complemento esencial que ayudan a las persona con adicción y a su familia a seguir con el tratamiento más allá de las intervenciones que se realizan en la sanidad pública. A través de la ayuda mutua las asociaciones permiten a la persona reinsertarse socialmente y recibir el apoyo psicoterapéutico que necesitan más allá de los horarios y limitaciones del resto de recursos asistenciales.

Los Grupos de Ayuda Mutua (GAM), son una modelo de salud, con especial relevancia del modelo de “iguales”, formado por personas que sufren la misma patología. Aparecieron como respuesta a un vacío de los servicios profesionales, pero pronto se vio su eficacia y la propia OMS lo recomendó para ciertas necesidades socio sanitarias (OMS, 1987), según explica Francisco Pascual, asesor técnico de CAARFE, en su artículo ‘Alcoholismo y ayuda mutua. De la necesidad a la evidencia’ (Adicciones vol 27, nº4 -2015).

Los objetivos de los grupos de ayuda mutua son: satisfacer una necesidad común, superar un obstáculo que perturba seriamente la vida y conseguir los cambios sociales o personales deseados.

En 2013 se publicó un estudio basado en la integración de los GAM para familiares en un programa público de tratamiento del alcoholismo (Rubio et al., 2013), que concluía que las intervenciones con familiares dependientes del alcohol han demostrado su eficacia para mejorar el pronóstico de la dependencia alcohólica, la cual mejora cuando estos familiares acuden a los grupos de ayuda mutua, obteniendo en los propios pacientes menos abandonos y menos días de consumo durante el tiempo de tratamiento.

“La rehabilitación está muy relacionada con la adherencia al tratamiento y a los grupos de ayuda mutua, donde el ejemplo de otros, sirve de empuje a las personas que inician el camino de la recuperación”, ha explicado Ángel Jiménez, presidente de CAARFE. Sabiendo que esto es así, una de las mesas de trabajo se ha destinado a hablar desde las distintas asociaciones y federaciones de cómo mejorar esa adherencia, así como de la implantación de programas estructurados como ‘Ayúdate’.

Otro de los temas que se ha puesto sobre la mesa es la necesidad de trabajar el autoestigma. El estigma es ese conjunto de etiquetas que la sociedad pone a las personas con trastorno adictivo, pero también existe el ‘autoestigma’, es decir, las etiquetas que los propios afectados se ponen. Desde Socidrogalcohol se lanzó ya hace algún tiempo una campaña para combatirla, campaña a ala que se unió CAARFE. De ahí que hoy, con motivo del Día Sin Alcohol, se haya hablado sobre cómo combatirlo.