Somos conscientes de la necesidad de recordar a los ciudadanos los efectos negativos del consumo de drogas y aunque según las encuestas del CIS, no es un problema que esté en la mente de los españoles, ya que ha habido en estos años, problemas como la crisis, el paro y la corrupción que han acaparado el ranquin de preocupaciones.
Pero en ocasiones los árboles no nos dejan ver el bosque. Los consumos de drogas, tanto legales como ilegales, se han mantenido en los últimos 20 año prácticamente en las mismas cifras, el consumo de alcohol y cannabis entre los jóvenes son un problema de primera magnitud, pero como vemos la población no lo percibe como tal.
No obstante, sigue existiendo el narcotráfico, las personas adictas, las familias destrozadas, las enfermedades y marginalidad de algunos consumidores y aunque las estructuras sanitarias, los profesionales y las ONG han ido dando respuesta al problema lo que ha permitido controlarlo y hacerlo menos visible. Los dramas humanos, siguen existiendo.
Pero, ¿saben ustedes cuando se acuerdan de ello las personas? Pues miren, cuando el tema les toca de cerca, cuando afecta a su ser querido, por ejemplo, a la pareja, a un padre o madre, bueno y si se trata de un hijo, ahí sí que nos ponemos todos las pilas y buscamos solución, a veces más tarde de lo necesario. Aunque nunca es tarde.
Como tampoco es tarde para que cambiemos entre todos la percepción que se tiene del tema de las drogas, incluido alcohol y tabaco. Se trata de sustancias nocivas para la salud, física, social, psíquica de la persona en particular de su entorno y de la Sociedad en general.
Por eso cada año CAARFE se sumará a la conmemoración del 26 de junio, porque esto no es un tema médico o psiquiátrico exclusivamente, ni de un grupito de gente. Es mucho más, es un fenómeno complejo que va parejo a la evolución del ser humano que afecta a todos los aspectos personales en la esfera del ser humano y que al contrario de lo que parece, sigue estando presente con toda la crueldad del primer día, cuando era el número 1 entre las preocupaciones detectadas por el CIS.
No queremos que vuelva a ese nivel, pero no porque lo olvidemos, sino porque seamos capaces de darle respuesta, de ayudar a las personas, a su entorno. De otro modo año tras años seguiremos conmemorando el 26 de junio, pero eso sí, desde la esperanza.